Angela Müller

Nombre Completo: Angela Müller

Edad: 18

Sexo: Femenino

Trabajo: Vendedora de flores ambulante y flautista callejera.


Tipo: Mental

Descripción: Cronomancia. Tiene control sobre el tiempo cronológico, pudiendo congelarlo, retrocederlo, avanzarlo, ralentizarlo... También puede ver a través del mismo (pasado, presente y futuro) tanto de forma global como concreta.

Debilidad:*
Además de sufrir potentes jaquecas casi constantes (las cuales no puede aliviar con ningún tipo de medicina), el poder de Angela conlleva una serie de riesgos bastante considerables, así como el rechazo a los medicamentos y drogas de carácter neurológicos. No sólo son mareos, e incluso días de inconsciencia por un uso indebido, sino que va más allá: El hecho de que sea un don que requiere tanto esfuerzo a su mente, podría llegar a provocarle un coma si no se usa debidamente, del que incluso podría no llegar a despertar. Pero la consecuencia más evidente, y por ahora permanente, es su ceguera: al adquirir esa visión tan potente sobre el tiempo, quedó inutilizada la capacidad de ver en el plano físico convirtiéndose en una invidente. Por tanto, es lógico suponer que a raíz de su poder, Angela puede llegar a ver afectadas otras funciones de las que depende su cerebro, pudiendo llegar a quedar paralítica parcial o totalmente, o a sufrir retraso mental, invalidez, e incluso algún tipo de trastorno. Sobra decir que el estrés emocional afecta al rendimiento de este poder y a su posible descontrol.
*Nota: La administración tiene total libertad de provocarle al personaje una muerte cerebral y mandarlo al otro barrio si me flipo con el don.

Desarrollo:
Angela ha tenido que "entrenar" su don le gustase o no, ¿por qué? Porque este afectaba constantemente a su visión e interfería con sus pensamientos. Así, desde niña ha tenido que adaptarse a ver en el tiempo, y si no quería seguir causando desastres (pues de pequeña, su don actuaba sin control en momentos de estrés emocional), tuvo que forzarse a aprender a controlar los límites de su poder para evitar utilizarlo de forma inconsciente.

Actualmente, Angela puede congelar el tiempo (siempre que no sea ante una masa de gente, puesto que el esfuerzo que tendría que hacer en ese caso la podría inducir a un coma), pudiendo moverse con relativa libertad mientras el resto está parado... El tiempo que dure ese congelamiento puede variar, pero teniendo en cuenta que cinco minutos la deja debilitada y con un día entero de jaqueca insufrible y cansancio (tiempo durante el cual su don quedará practicamente anulado), no parece muy aconsejable que vaya más allá. Tiene mayor complicación si quiere mantener a alguien al margen de la congelación, y normalmente no lo consigue más de un par de minutos, duplicándose después los efectos consecuentes y pudiendo quedar inconsciente durante dos o más horas. Lo mismo ocurre cuando lo ralentiza o acelera, aunque esto además suele provocarle mareos una vez vuelve en sí, debido a la velocidad a la que su cerebro debe adaptarse. Todavía no controla el tema del retroceso, y por tanto, si intentase volver atrás aunque solo sea unos minutos, podría provocar cualquier tipo de desastre.

Lo de la visión es bastante más complejo: Dicen que el aleteo de una mariposa puede generar un huracán al otro lado del mundo, y ciertamente, en ocasiones es así como funciona el tiempo... Cada detalle que varíe, por pequeño que sea, puede alterarlo todo, y por tanto, la visión de Angela está en constante cambio, por lo que muchas veces tiene que hacer verdaderos esfuerzos por “pausar” su don y no atender a su incesante ritmo. El tiempo es como un gran árbol de muchasramas, a su vez ramificadas, todas conectadas a la gran raíz... Así, Angela puede ver no solo hechos generales que afectan a un terreno global, sino que con un considerable esfuerzo puede concentrarse en algo más detallado, en una de esas ramas, en el tiempo para una persona o hecho concreto, y ver no solo la posibilidad más cercana, sino las variaciones más probables, aunque todo eso puede cambiar en cuanto la cosa más insignificante lo haga. Como no podía ser de otra manera, todo esto afecta también a sus jaquecas, puesto que tener que adaptarse a ese cambio constante, tanto general como detallado, y a tamaño numero de variables, es una presión constante para su mente.

Se estima que con un exhaustivo entrenamiento y los estudios pertinentes, el límite de este don podría ser el de viajar a través del tiempo, algo que hoy día está a años luz del alcance de Ángela, y que, de conseguirlo, tendría un riesgo aún mayor que los actuales. Pero lo dicho, es una suposición y, además, muy lejana y difícil de ser cierta.


Apariencia:
Aun con su apariencia esbelta, Angela no tiene unas formas muy llamativas, pero tampoco destaca por su delgadez. Rozando el 1,73 de estatura, y de tez extremadamente pálida, parece tener una proporción de curvas, busto y cadera equilibradas a su complexión, sin resaltar nada demasiado.

Dicha proporción también se encuentra presente en su rostro, que pese a ser ligeramente afilado y de pómulos levemente marcados, presenta una armonía general en todos sus rasgos... O mejor dicho, presentaría. Esa armonía se ve rota cuando se la mira directamente a los ojos, velados completamente por el color de la ceguera, un velo que nubla cualquier expresión que sus irises pudieran haber reflejado. Sin embargo, muchas veces los mechones castaños de su largo cabello, ondulado por naturaleza y revuelto muchas veces por dejadez, cubren parcialmente su semblante y ciega mirada, algo que quizá resulte más inquietante que mirarla a los ojos.

La ropa es otra historia, puesto que suele sentirse cómoda con prendas holgadas, pero el color de estas, dado que no siempre puede conocerlo, puede variar por todas las gamas existentes. No tiene tatuajes, piercings, ni nada parecido.

Conducta y Personalidad:
Se dice del tiempo que este es efímero, inexcrutable e imposible de desentrañar... Angela, en cierto modo, es así, igual que el tiempo al que la ata su don.

Casi siempre parece abstraída, como si su mente se encontrase en otro lugar... Y muchas veces así es. No es una joven de muchas palabras, aunque puede llegar a mantener una conversación profunda, pero en muchas ocasiones el silencio o las respuestas ambiguas son lo único que se obtiene de sus labios. No suele relacionarse demasiado, pese a que en el fondo tema a la soledad, pero es por el pánico que su don y las consecuencias de este le generan, aunque muchas veces no puede evitar estrechar lazos, debido a su naturaleza emocional, intuitiva y empática... Una naturaleza que pocos ven, a causa de esa apariencia cerrada y ausente que muchas veces muestra, a veces de forma inconsciente y otras como defensa.

Es muy dada a las reflexiones, capaz de darle vueltas durante días a una sola cosa, de permanecer callada semanas enteras, y, sin embargo, de escuchar durante horas a alguien con total atención. Es en general una buena persona, y no tiene sentido de la codicia, ni tampoco resulta muy prepotente, pero si puede pecar, y mucho, de reticente y desconfiada, así como de darle en ocasiones demasiado poder a sus miedos, algo muchas veces más peligroso que la propia ambición, y que lucha por erradicar de su ser. A veces también tiene leves dejes de histerismo, sobretodo cuando sus jaquecas son más fuertes de lo habitual, aunque poco a poco ha aprendido a aceptar ese malestar en silencio.

Ha llegado a creer que realmente su situación es algo a lo que está atada, y que por tanto esa ausencia de compañía, esos dolores que tan taciturna la vuelven en ocasiones, y su ceguera, son un pago a cambio de ese don que no ha pedido pero tiene. Un don que le aterra en ocasiones, mientras que en otras piensa que lo posee como instrumento para tener la oportunidad hacer algo por el mundo, haciendo el bien y ayudando a otros... Sin embargo en los momentos en los que flaquea y su estabilidad se viene abajo, se convence de que es un virus, algo que la convierte en un peligro para la estabilidad, para el resto de personas y para el fluir de toda la vida, y un motivo suficiente para merecer, en efecto, las circunstancias que la rodean.

En el fondo, es una chica afable e incluso cálida, fiel y con sentido del compañerismo y la justicia, pero es una parte de si misma que solo muestra a aquellos con los que establece una conexión.

Experiencia de combate:
Ha sido instruida en Judo para ciegos y, en menor forma, en Kendō. Sin embargo, la presión cerebral, su invidencia, y la incapacidad para otro tipo de arma que no sea su bastón, hacen que realmente de poco le sirva lo que sabe en caso de verse en una pelea abierta, donde prácticamente nada podría hacer (salvo pegar bastonazos a diestro y siniestro, e intentar esquivar los golpes, con la única finalidad de lograr escapar). Por ello, siempre que puede recurre a su don para evitar una situación de lucha, algo que suele causarle remordimientos después pero que en el momento no siempre logra evitar.

Otras habilidades:
Sabe tocar la flauta y la ocarina. Se le da bien cantar y tiene buen oído. Tiene cierta memoria táctil, y si ha tocado un rostro no suele olvidarlo. Sería una genial masajista si lo hubiese estudiado.



¿Sabes algo de la guerra?: Nada de nada.

Historia:
Siempre que Angela ha intentado recordar algo de sus padres, se ha encontrado con un extraño vacío en su mente que ni si quiera con su don puede llenar. Criada únicamente por sus abuelos, estos le explicaron que sus padres eran hombres de mundo, una pareja joven, y que murieron en un viaje a la selva amazónica. Una historia cuanto menos inverosímil pero que, de tanto escuchar, la joven se terminó por creer.

Habiendo vivido toda su vida en Hamburgo, sus abuelos siempre quisieron protegerla del mundo, aparentemente por su ceguera, y así, Angela tuvo que recibir estudios en un centro especializado, aunque ha logrado terminar la enseñanza secundaria y bachiller. Siempre la apuntaban a actividades que pudieran ser beneficiosas para su ceguera y para el desarrollo de sus otros sentidos, y conscientes de su extraño don, le aconsejaron con insistencia durante toda su vida que, por favor, nunca lo manifestara en público.

Toda su vida, pese a estos detalles, fue normal, la de una chica de clase media, acomodada pero no rica, que se sentía querida por su familia y que luchaba por sobreponerse a su invidencia. Lo único anormal era su poder pero, con los años, hasta eso empezó a ser normal...

Sin embargo, una tarde, regresando a casa de sus clases, se encontró con que su casa había sido completamente saqueada. Cuando llegó a la habitación de sus abuelos, él estaba muerto, y ella, antes de correr la misma suerte, tomó su rostro entre las arrugadas manos y le dijo una sola cosa: “Huye”.

Y así es como Angela huyó. Se dio cuenta de un detalle extraño: quien quiera que hubiera hecho algo así, no se había llevado ni el dinero, ni las joyas, ni los objetos de valor. Haciendo de tripas corazón, ella misma cargó con todo eso, y se lo llevó consigo tras cerrar los ojos de ambos difuntos y velar por ellos en un minuto de silencio...

Vendiendo algunas de esas pertenencias, y guardando siempre el resto a buen recaudo, consiguió llegar a Berlín. Sola en el mundo por primera vez en su vida, sobrevivir se convirtió en una tarea a la que no estaba acostumbrada, pero a la que su poder ayudó. Ahora ha conseguido alquilar una pequeña habitación, y para evitar consumir lo que tiene guardado, se dedica a ganar lo justo y necesario para comer día a día desde vendiendo flores en las cafeterías más frecuentadas por parejitas, hasta tocando la flauta en calles transitadas, parques y estaciones... No ha encontrado todavía un sentido más profundo y decidido a su existencia, demasiado confundida ante la falta de respuestas y su soledad.

Lo que Angela no sabe es que sus padres murieron por estar inmiscuidos en esa guerra cuya existencia ella ignora, y que sus abuelos corrieron la misma suerte por querer protegerla de uno de los bandos...

Familia Actual: Ninguna.


Grupo sanguíneo: B+

Gustos y Manías:
La música, puesto que en un mundo sin colores, los sonidos son el principal elemento, así como un apoyo a los sentimientos. Recurre a escucharla siempre que puede, pese a que en los últimos tiempos no sea algo frecuente, tiene preferencia por la clásica, aunque también le gusta la música folk, especialmente la celta, pero últimamente se ha modernizado tomando contacto con algunas ramas del metal. Le gusta cantar, pero, por encima de eso, adora oír a otras personas hacerlo, puesto que la voz de una persona fluyendo mediante las emociones de la música le sirve para conocerles o conectar con ellos mejor. También le encanta escuchar a otros tocar instrumentos, por el mismo motivo, y tocarlos, claro.

Le encantan los olores del césped, la tierra mojada tras la lluvia, el musgo, la canela y la vainilla, siendo estas dos últimas sabores de su preferencia. También adora la menta, el chocolate blanco y el té verde. Le gusta acariciar, así como aprender y realizar aquellas tareas para las que puede usar sus manos y en las que el tacto es útil.

Curiosidades:
-Debido a su ceguera, habitualmente lleva consigo un bastón bo. En realidad no siempre lo utiliza para andar, puesto que a veces su don le sirve para anticipar sus pasos, sino que más bien es el único "arma" que posee. No obstante, hay ocasiones en las que guiarse con ese instrumento le es indispensable.

Terminada